Empecé a seguir la Veikkausliiga en 2013, hace relativamente
poco. Ese año, como cualquier otro en Finlandia, comienza con la LiigaCup, un
torneo organizado por la federación finlandesa pero que no da acceso a
competiciones europeas.
Esa primavera, comenzaron fuertes tanto TPS como HJK. Petteri Pennanen
dirigía a los de Turku, mientras que el campeón pasaba por encima de sus
rivales. Pero entre ellos vi que en el JJK, había un delantero que marcaba
siempre, empezando por un hat-trick ante el Inter Turku, subcampeón liguero el
año anterior. Fue le momento de ver algún partido del equipo de Jyväskylä, dónde
descubrí a un delantero altísimo que cazaba todo lo que pasaba por el área de
manera más o menos ortodoxa, su nombre Eero Markkanen.
Markkanen había salido del equipo de su ciudad, el JJK, y
tras varias cesiones, había conseguido asentarse en el primer equipo. Al final,
perdieron la final contra el Lahti, pero Markkanen quedó como máximo goleador
con cinco goles. Y ese pareció ser el final de las buenas noticias. Cuando
empezó la Veikkausliiga, los dos finalistas de la LiigaCup se hundieron desde
muy temprano en la clasificación y parecía que entre ellos se repartirían el
puesto de descenso a Ykkönen. Pero a mitad de temporada, el Lahti se reforzó. Mientras
que los problemas económicos no permitieron hacer lo mismo al JJK, que tuvo que
ceder a Markkanen al HJK, con la esperanza de conseguir algo de dinero por él.
La cesión no fue lo esperado, consiguió un gol y una
asistencia en los pocos minutos que jugó, ya que Forssell estaba en plena forma.
Y para desgracia del JJK, los clubes no se pusieron de acuerdo, por lo que
Markkanen quedó libre con las vistas puestas en dar el salto al extranjero. No
fue lejos, en el invierno de este año consiguió una prueba en Estocolmo con el
AIK, donde dejó a todos sorprendidos al anotar 10 goles en pretemporada, lo que le dio el
contrato que tanto deseaba.
En Suecia, Markkanen ha mejorado su juego con los pies, ya
no es un jugador que basa su juego en sus casi dos metros de altura, sino que juega de
espaldas, combina correctamente con sus compañeros y tiene un buen disparo. Sus
buenos minutos, no ha sido titular habitual, le han valido para debutar con la
selección finlandesa y para que Zidane se fije en él para el Castilla. Con un coste de más de dos millones de €, será el
segundo finlandés, tras Väyrynen, que termina en una gran cantera europea, pero
sobre todo otro paso más en una carrera increíble, que nunca hubiese adivinado
cuando descubrí a Markkanen hace más de año y medio.
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